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REVIEW: "ADICTAS A VOS"

Bajo la apariencia sencilla de una comedia de enredos en una sala de espera, esta puesta en escena despliega un retrato profundo y reconocible de la fragilidad humana. La tormenta que retrasa los vuelos funciona como un elemento que desnuda las adicciones emocionales de cinco mujeres tan distintas. Entre diálogos cargados de ironía y silencios reveladores, la obra explora lo que nos ata y lo que nos impulsa a seguir. El público no solo presencia sus choques y confesiones, sino que también se ve reflejado en sus dudas, dependencias y contradicciones. Con un ritmo que tiene la risa y la melancolía, el texto de Marcos Carnevale y la dirección de María Torres ofrecen una experiencia que conmueve y deja huella.

Fotografía: Gloria Calderón
Fotografía: Gloria Calderón

En esta puesta en escena, una fuerte tormenta retrasa todos los vuelos y reúne en la sala de espera de un aeropuerto a cinco mujeres con mundos muy distintos. La convivencia forzada da pie a conversaciones que, entre humor y tensión, van revelando sus maneras de vivir y entender el amor. A medida que pasa el tiempo, surgen confesiones inesperadas, choques de carácter y alianzas momentáneas. La espera se convierte en un espejo de sus miedos, deseos y dependencias emocionales. Con un ritmo ágil y diálogos afilados, la obra explora la fragilidad y las contradicciones de los vínculos humanos.

Fotografía: Gloria Calderón
Fotografía: Gloria Calderón

Marcos Carnevale - dramaturgo - escribe un texto bastante inteligente, ya que reúne a estos personajes que cada uno tiene una adicción diferente: una a su marido, otra a su amor imposible, otra a su hijo, otra a su padre y otra Chayanne; Carnevale, utiliza este encierro en la sala como una metáfora: ellas están varadas en la sala, al igual que en sus vidas hay algo que les impide avanzar. El dramaturgo nos presenta a sus personajes poco a poco, revelando capas de sus personalidades y motivaciones, de manera que el público no solo entienda sus adicciones, sino que también se vea reflejado en esas pequeñas ataduras que, de una u otra forma, todos cargamos.


María Torres - directora- logra un delicado equilibrio entre lo visual, lo rítmico y lo interpretativo. La escenografía, con sus puertas características de aeropuerto y su espacio limitado, transmite con fuerza la sensación de encierro físico y emocional, recordándole al público que las protagonistas no tienen a dónde ir más que esperar. Las voces en off y los apagones entre escenas no solo marcan el paso del tiempo, sino que funcionan como respiros calculados para procesar la tensión dramática. El manejo del tono es preciso: la comedia alcanza su punto más alto sin diluir la intensidad de los momentos dramáticos, que logran tocar fibras íntimas. Los silencios, cuidadosamente administrados, permiten asomarse al mundo interior de cada personaje más allá del texto. Las actrices construyen estilos interpretativos claramente diferenciados, lo que define con nitidez cada personalidad y asegura que el público pueda empatizar, al menos en un momento, con cada una. El final, emotivo y reflexivo, hace una puesta que conmueve y deja huella.

Fotografía: Gloria Calderón
Fotografía: Gloria Calderón

Sofía Chaverri como Déborah proyecta en ella una seguridad externa que atrapa desde el inicio, para luego ir desnudando, poco a poco, las grietas emocionales que la atraviesan. La vemos pasar de una espera confiada a dejar ver poco a poco la preocupación que le provoca su adicción a un amor imposible, hasta llegar a quiebres emocionales que están entre los más intensos de la obra. Su dinámica con Belén potencia esta vulnerabilidad, generando momentos donde la emoción se vuelca directamente hacia el público. Así, consigue transmitir con fuerza tanto el miedo como la dura realidad que enfrenta su personaje.


Adriana Alvarado interpreta a Belén, la actriz resalta con acierto la ironía de Belén, utilizando su seguridad inicial como una máscara para tapar la inseguridad y el temor que siente respecto a su marido. En su corporalidad y en su voz aparecen los gestos propios de alguien que vive en una posición económica acomodada, lo que contrasta fuertemente con las escenas de confrontación emocional, donde se quiebra y deja ver a una mujer completamente devastada. Aunque su personaje no busca caer bien y mantiene cierta distancia con el público, la intérprete consigue que uno empatice con las razones que la llevan a su adicción.


Rosibel Carvajal al interpretar Carmen, le da una fuerza enorme desde su primera aparición, dejando claro que está decidida a frenar el plan de su hijo cueste lo que cueste. Esa determinación inicial marca el pulso del personaje, pero lo interesante es cómo, a medida que avanza la historia, deja entrever sus motivos y su lado más frágil. Logra un balance muy efectivo entre la dureza de sus palabras y la emoción que asoma cuando habla de su hijo, permitiendo que el público vea más allá de su fachada controladora. La interacción con las demás actrices potencia esa dualidad: en las escenas de tensión, Carmen se muestra firme y combativa, mientras que en los momentos más íntimos, se abre y deja ver el dolor que arrastra. Así, la Carvajal logra que uno no solo entienda su postura, sino que también termine conectando con ella.


Ana Istarú como Elizabeth ofrece una actuación honesta y genuina, mostrando la complejidad de su personaje. Elizabeth es una mujer reservada que admira a su padre, pero poco a poco esa imagen se quiebra. Istarú refleja con sutileza la transición de la hija orgullosa al dolor oculto por el abandono paterno. Su interpretación revela la vulnerabilidad y el conflicto interno de Elizabeth, conectando emocionalmente con el público y con las historias de las demás mujeres en escena.


Guisella Solís da vida a Ana, un personaje que se gana el corazón del público. Con una chispa inagotable, arranca carcajadas y aligera los momentos más tensos de la obra. Pero detrás del humor hay una mujer marcada por una enfermedad compleja y una vida difícil, lo que permite que, además de reír, el espectador se conmueva y reflexione con sus palabras. Con su texto: «Todavía estoy» , logra que ogra que el público sienta la fuerza de alguien que, pese a todo, sigue de pie, recordándonos el valor de vivir con intensidad y sin máscaras.

Fotografía: Gloria Calderón
Fotografía: Gloria Calderón

Adictas a vos es una obra que, más allá de su formato de comedia de enredos, explora con sensibilidad y profundidad las complejidades emocionales y las adicciones que nos atrapan en nuestras relaciones. La dirección de María Torres y las interpretaciones sólidas de todo el elenco logran que el público no solo se entretenga, sino que también se reconozca en las vulnerabilidades y contradicciones de estos personajes. Esta puesta en escena, con su equilibrio entre humor y drama, deja una huella duradera, invitando a la reflexión sobre lo que no nos deja seguir y lo que necesitamos para seguir adelante.

Fotografía: Gloria Calderón
Fotografía: Gloria Calderón

"Adictas a Vos" se presenta en Teatro Espressivo del 08 de agosto al 07 de setiembre en distintos horarios.


Todas las fotografías utilizadas al hacer este review fueron tomadas de la página de Teatro Espressivo.

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