REVIEW: "ORINOCO"
- Daniel Morales Lopez
- 18 sept
- 3 Min. de lectura
Una versión íntima y llegadora hasta lo más profundo del corazón de la obra de Emilio Carballido, Orinoco, que en manos de Elías Méndez consigue un balance entre lo cómico y lo dramático, recordándonos que la esperanza puede surgir incluso en los lugares que menos te esperás.

Las obras de dos intérpretes tienen algo muy interesante: un ping-pong constante en el que las actrices se tienen únicamente la una a la otra. Esto permite apreciar un elenco completamente entregado, con gran química y conexión. En Orinoco, estos elementos resultan esenciales, porque Carballido escribe una historia en la que los personajes discuten, sueñan y comparten ilusiones. También confiesan sus miedos, abriendo un retrato de la fragilidad humana. En conjunto, consiguen que la obra se sienta viva y que cada escena capte la atención del público.

Dos vedettes de variedades, Mina y Fifí, viajan en un barco en medio del río Orinoco rumbo a un contrato, pero pronto descubren que la tripulación no está y que no hay nadie al timón; además, sólo las acompaña un cargador herido. En medio de la incertidumbre, Mina se deja arrastrar por sus peores temores, imaginando escenarios catastróficos, mientras que Fifí se aferra a la esperanza y a la ilusión, tratando de mantener la calma y encontrar un rumbo.
Durante el viaje, las protagonistas se enfrentan a la cruda realidad del contrato: en lugar del esperado espectáculo, van rumbo a un burdel en un campo petrolero. Lo que hace que la puesta en escena realmente quede en la memoria del público no es solo la situación límite, sino la manera en que nos muestra la amistad entre Mina y Fifí, llena de ternura, peleas y risas. Cada gesto y diálogo refleja sus sueños, miedos e inseguridades, y esa vulnerabilidad, las convierte en compañeras inseparables, capaces de sostenerse y fortalecerse mutuamente a pesar de las circunstancias.

Ana Quesada como Mina realiza un trabajo muy completo tanto con su voz como con su cuerpo. Es la vedette mayor y más experimentada en comparación con Fifí, lo que le exige abordar el papel que refleje madurez. Eso se nota con sus trazos escénicos: sus movimientos son más medidos y seguros, alguien que está constantemente en alerta a lo que puede suceder y pendiente de cuidar a Fifí. Ahora, con su voz, logra transmitir cierta autoridad y ternura al mismo tiempo. Quesada hace que cada mirada y cada pausa, demostrar una construcción de personaje con fuerza y delicadeza al mismo tiempo.
Azul Arenas como Fifí es como esa chispita que está en todas partes, siempre viendo lo positivo de las situaciones por más caóticas que sean. Arenas con su personaje, transmite curiosidad y felicidad a través de sus acciones espontáneas, haciendo que Fifí se sienta llena de vida, aportando un contraste perfecto con Mina, y convirtiéndose con el motor cómico y esperanzador de la obra.

Elías Méndez en su dirección hace un trabajo muy preciso en la que se enfoca en cada detalle de la construcción de los personajes y la química de ambos y evidencia que esta amistad es el eje de la puesta y que con su dirección controla de una manera excelente el ritmo y la tensión dramática que logra un conjunto envolvente para la atención del público.

Mauro Quirós, a cargo de la escenografía, nos transporta de manera muy literal al Stella Maris. Su trabajo no solo recrea un lugar físico, sino que también refuerza el tono de la obra:, permite que la interacción entre Mina y Fifí cobre mayor intensidad, que el caos y la comedia se sientan más cercanos y que el público perciba la historia como si estuviera navegando junto a ellas por el Orinoco.

Orinoco se presenta como una obra que combina de manera magistral comedia y drama, sostenida por la química y la entrega absoluta de sus intérpretes. La interacción constante entre Mina y Fifí permite explorar la fragilidad y la esperanza humanas en un viaje que es a la vez físico y emocional. Gracias a la precisión de la dirección de Elías Méndez y a la escenografía envolvente de Mauro Quirós, cada escena logra capturar la atención del público y sumergirlo en la historia. Orinoco no solo entretiene, sino que también conmueve, dejando un recuerdo duradero de amistad, resiliencia y ternura que trasciende la escena.

"Orinoco" no se encuentra actualmente en cartelera.
Todas las fotografías utilizadas al hacer este review fueron brindadas por Teatro Cinco.
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